Los trastornos psicóticos se caracterizan por la presencia de:

  • Ideas delirantes. Estas son ideas falsas, que no son comprobables ante la realidad y que la persona que las presenta da y vive como verdaderas, es decir, como parte de su realidad. Existen de diferentes tipos de ideas delirantes, por ejemplo, de daño donde se experimenta la sensación de que será dañado o lesionado por alguien y que incluso puede estar identificado por el paciente o de que será sujeto de agresión; de referencia donde el paciente asegura que la gente habla mal de él que se refieren a él en conversaciones que no lo involucran o mediante indirectas o gestos; ideas de persecución donde el paciente se puede sentir vigilado, hostigado y perseguido de diversas formas; ideas de grandeza donde  el paciente refiere ser alguien muy importante o con muchas influencias (por ejemplo, ser Napoleón, dios o el presidente  o simplemente conocerlos y ser amigo de ellos); ideas de tipo erotómano donde paciente asegura que todas las personas o una en específico, según sea el caso o sexo, se le acercan porque quieren tener una relación sentimental o sexual con él; ideas celotípicas, en estas el paciente tiene la firme creencia de que es víctima de engaños por su pareja; y finalmente las ideas delirantes de tipo somático en las que el paciente asegura estar enfermo o de tener algún defecto físico. Las ideas delirantes no se retiran a pesar de que se le demuestre y compruebe al paciente lo contrario, es decir, estas ideas son irreductibles a la lógica y a la realidad y se mantienen durante el tiempo.
  • Alucinaciones. Se definen como la percepción de un estimulo sin que exista un objeto que la produzca. También existen diversos tipos; por ejemplo, las alucinaciones auditivas en las cuales el paciente refiere la presencia de voces; alucinaciones visuales donde el paciente comenta la presencia de objetos, cosas o personas que los demás no podemos observar; también puede referir tener la sensación de ser tocado (alucinaciones táctiles), de presenciar olores que el resto no puede captar (alucinaciones olfativas) o sabores que no existen en ese momento (alucinaciones gustativas).

Los trastornos psicóticos son conocidos ampliamente por las personas como la pérdida del contacto con la realidad y el trastorno más representativo es la esquizofrenia. En esta enfermedad el paciente cuenta con alteraciones específicas que deberán ser identificadas por el psiquiatra durante la entrevista clínica; además de que la mayoría de las personas que padecen de esquizofrenia, tienen un deterioro laboral, académico, familiar y/o social intenso. Hay que tener en cuenta que existen otros trastornos psicóticos y que no son fáciles de diagnosticar y solo limitan algunas áreas de la vida del paciente.

Aunque los síntomas mencionados antes son los más conocidos en la esquizofrenia y en los trastornos psicóticos, hay otros síntomas conocidos como “síntomas negativos”  que generan gran parte de esa disfunción social y laboral previamente comentada. Entre estos síntomas negativos, se encuentran los siguientes:

  • Abulia: Se refiere a la deficiencia en la voluntad o volición, es decir, aquello que el paciente decide querer hacer. En la abulia la voluntad se ve alterada por la falta de realización del acto decidido. (Por ejemplo me iré a bañar sin embargo no lo hago por la presencia de esta alteración, porque no existe voluntad o el motor que me empuja a hacerlo). Es de suma importancia que se entienda que el paciente NO puede realizar la actividad a pesar de quererlo; ya que muchas personas, principalmente los familiares del paciente pueden pensar que éste no realiza las actividades porque no quiere o porque es flojo”.
  • Anhedonia: Se caracteriza por la falta de sensación de placer ante las cosas que usualmente lo generaban; sin embargo, en la esquizofrenia y en algunos tipos de personalidad (esquizoide y paranoide), esta se puede presentar desde la infancia y previo al inicio de los síntomas específicos de la esquizofrenia.
  • Alogia: Se define como la falta de lógica en el discurso principalmente y en el pensamiento, entendemos como el pensamiento va de A a B y luego a C; sin embargo, en el paciente con alogia puede iniciar en A e ir a D y finalmente a G, perdiendo el sentido de la oración y lógica del pensamiento. (ejemplo hoy que es verano el sol saldrá por la noche)
  • Afecto plano: El afecto es la emotividad demostrada por el paciente, es decir, la capacidad que se tiene para expresar su tristeza o su alegría. En el paciente con esquizofrenia la emotividad se ve perdida y a pesar de que el paciente diga cómo se siente, no logra expresarlo (con movimientos y postura del cuerpo, movimientos o gestos de su cara, cambios de la voz, etc.) y pareciera que se encuentra emotivamente indiferente.

También encontramos retraimiento social y disminución de la movilidad y de la espontaneidad. Estas alteraciones pueden llegar a confundirse con depresión y hacer  pensar  que se retirarán de manera espontánea, lo cual no sucede.

En la esquizofrenia existen distintos tipos:

  • Esquizofrenia Paranoide
  • Esquizofrenia Indiferenciada.
  • Esquizofrenia Desorganizada.
  • Esquizofrenia Catatónica.
  • Esquizofrenia Residual.

Es casi regla que los pacientes que sufren de esquizofrenia, también presenten otros trastornos psiquiátricos, como son los trastornos de ansiedad, consumo perjudicial o dependencia a alcohol y otras sustancias (como tabaco, marihuana, cocaína, etc).

También es de importancia mencionar que la depresión se presenta en los pacientes esquizofrénicos y con otros trastornos psicóticos crónicos. Y que existen otros trastornos psicóticos en los que parte de la sintomatología son los cambios importantes del estado del ánimo, por ejemplo, en el trastorno esquizoafectivo.

Por otra parte, dentro de los trastornos psicóticos es de importancia mencionar que no todos son crónicos y algunos pacientes solo presentan síntomas ocasionales por lo que se debe de estudiar a fondo las características de dicha sintomatología para determinar la naturaleza del trastorno ya que muchos pacientes no padecen de trastornos psicóticos primarios (puramente psiquiátricos) y pueden ser secundarios a enfermedades médicas o no psiquiátricas como infecciones del sistema nervioso, enfermedades autoinmunes, entre otras.